La abuela de 86 años apresada en Walmart es la legendaria ladrona de joyas Doris Payne

El pasado 19 de julio Doris Payne, una mujer de 86 años,fue arrestada por robar objetos que sumaban 86,22 dólares en un Walmart de Georgia.

En la fotografía que publicaron los medios se veía a una mujer con pelo cano, mal peinado, y un rostro apagado. Doris Payne se veía muy lejana a la estampa de aquella mujer elegante y seductora que décadas atrás logró engañar a los vendedores de Cartier en Montecarlo para salir airosa con una costosa joya entre las manos sin que nadie se diera cuenta.

La que parecía una desamparada mujer mayor, una ladrona ocasional refundida en los mostradores de Walmart, no era otra que una legendaria ladrona de joyas cuyos expedientes judiciales se remontan a 1966 y en cuyo récord aparece haber robado un diamante con un precio estrambótico de seis ceros.

Cuando John Kennedy, presidente de la Jewelers' Security Alliance (Alianza para la Seguridad de los Joyeros) vio circular las fotos de la ladrona apresada en Georgia reconoció de inmediato a Doris Payne.

“ Era ella, la que en otra época fuera una mujer encantadora, de maneras gentiles y buena ropa. La misma que con su estrategia de hacer que las joyeras dispusieran ante ella una gran cantidad de piezas siempre logró quedarse con valiosos objetos”, le dijo Kennedy a Univision, indignado al reconocerla en las noticias.

Kennedy tenía al frente suyo en el noticiero a una verdadera y vieja enemiga: “Nosotros en la JSA identificamos por primera vez a Doris Payne en 1970, luego de que una serie de crímenes nos hicieron encender las alarmas sobre ella”.

En realidad, la anciana a la que el pasado miércoles parecían haberle fallado sus artimañas en un simple robo de supermercado, era una verdadera celebridad entre los ladrones mundiales de diamantes y brazaletes. Reconocible no solo para Kennedy y los de su agencia, sino para muchos cinéfilos que conocieron su historia de la mano del documental ‘ The Life and Crimes of Doris Payne’, lanzado en 2013.

Sí, porque como si se tratara de los grandes bandidos que han pasado a la historia como Frank William Abagnale (que inspiró ‘Catch Me If You Can’) o Ilich Ramírez Sánchez (interpretado en el cine por Bruce Willis en ‘The Jackal’), Doris Payne también tiene su propia película. Alguna vez incluso hasta la propia Halle Berry se vio tentada a encarnar su personaje en otro film que nunca se llevó a acabo.

En el Walmart —mientras se ponía objetos de primera necesidad entre su cartera— no era la primera vez que apresaban a la astuta devota de las joyas.

Como lo cuenta en detalle el documental, en 2013 Doris Payne fue condenada a 5 años de prisión a la edad de 82 años. Su encierro no duró más que dos años y medio. Su pena fue rebajada a la mitad por buen comportamiento.

Dejada en libertad y teniendo en cuenta su edad, los jueces y abogados que llevaban lidiando con ella ya casi cinco décadas creyeron que la mujer habría aprendido su lección y que dejaría para siempre esa pulsión irrefrenable, casi placentera, de ir a una costosa joyería y demostrar que ella siempre se puede salir con la suya.

Se equivocaban todos. Doris Payne lo vaticinaba entre carcajadas en el mismo documental: “No me arrepiento de haber robado ninguna de las joyas, de lo único que me arrepiento es de que me hayan atrapado”. Lo volvería hacer con un collar de 2,000 dólares en Atlanta. Después y como evidencia de su precaria situación, unos objetos anodinos en el supermercado.

Kennedy no se sorprende de que haya sido de nuevo encontrada in fraganti: “Ella es astuta, tiene un buen look y tiene práctica. Conforme se fue haciendo vieja despertó menos sospechas entre los vendedores de joyas, porque, claro, las ancianas muy rara vez son ladronas. Ella además tiene algo muy particular y es que nunca ha parado de robar. La mayoría de ladrones de joyas o terminan muertos o apresados, pero ella siempre ha logrado escabullirse”.

La primera vez que Doris Payne robó fue siendo muy niña, cuando entró a ver unos relojes en un mostrador y el dueño de la tienda regañó al empleado por estar mostrándole joyas a una niña de color. En medio de la confusión, Payne salió de la tienda sin devolver el reloj que el vendedor había puesto en su brazo.

Quizás desde entonces, y a manera de revancha, la mujer que se estima le robó a los grandes joyeros 2 millones de dólares ha encontrado un motivo en su quehacer.

Esta vez sin embargo, Doris Payne no ha robado joyas, ha robado cosas para comer y subsistir y esa quizás sea la única lección ejemplar que vaya a recibir.

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