Primero fueron las tiendas físicas comenzando por ciudades como Nueva York, Londres o San Francisco para aterrizar después en nuestro país. A día de hoy pocas ciudades patrias no tienen su tienda vintage de referencia. Que, por supuesto y en la mayoría de los casos, también ofrecen servicio de venta por internet. Sin embargo, y al igual que ha sucedido con el caso de (son la mayoría) las casas de lujo con la publicidad, algunas de las firmas de segunda mano de nueva creación aprovechan estos días el filón de Instagram no solo como vehículo de comunicación, sino directamente de venta.¿Te gusta el vestido del post? Un mensaje privado y ya es tuyo.
Precisamente así es como funciona única y exclusivamente a día de hoy De su padre y de su madre. Concretamente Cristina es la artífice de esta marca que cosecha adeptos por momentos y, tal y como nos cuenta, la cosa "surgió de la manera más natural; yo hacía mercadillos vendiendo mi ropa, empecé a comprar cosas diferentes y vi que empezaban a tener mucho éxito y un día pensé en crearme una cuenta de Instagram para ver qué tal".
Y es que "las redes son un puente perfecto para la gente emprendedora que estamos empezando sin desmerecer el resto de las plataformas que llevan un trabajo muy importante. Creo que es ideal para la comunicación, pero también hay que establecerse y trabajar mucho; no solo consiste ensubir una foto. Sobre todo es esencial de cara a la gente joven que está todo el rato en Instagram", afirma convencida. Y lo cierto es que ella precisamente dio en el clavo. En su cuenta cuelga estilismos diariamente (también a través de stories) dondemezcla prendas vintage con complementos, bolsos y otros artículos en tendencia, como buena consumidora y experta en moda, que va encontrando.
Esta es una de sus claves, pero sin duda el estilo y el buen gusto son otras dos de las características que Cristina también lleva 'de serie'. Además, y súper importante, el tema de los precios: "Me apetecía hacer algo justo y coherente. Yo como consumidora de moda, creo que a veces las marcas se pasan un poco. Cuando hay buena calidad y el producto cuesta su mano de obra, lo entiendo, pero en ocasiones se cargan mucho los precios simplemente por la estética y me apetecía hacer algo un poco más real. Mi filosofía es mantener los precios bajos y vender más".
¿Lo mejor? Muy pronto podremos disfrutar de sus tesoros en un showroom que ya está organizando en el centro de Madrid para que las clientas puedan ver y probarse la ropa mediante cita previa.
Needles Pins Vintage es otra de las firmas en este sentido que os recomendamos que no perdáis de vista. Instagram se ha convertido en su principal medio de comunicación. Tanto es así que decidieron dejar de lado el Facebook. Pero ¿cómo empezó todo? "Empezamos vendiendo ropa vintage que comprábamos en viajes de diferentes países. Vendíamos principalmente por plataformas tipo Asos o Ebay hasta que vimos que la cosa iba creciendo y decidimos abrir la tienda on line. Todo mejoró desde entonces y decidimos abrir la tienda física y hacer de esto nuestra forma de vida, dejando de lado otros trabajos. Instagram lo manejamos desde hace varios años y es una plataforma que nos encanta".
Reconocen que la acogida de la gente desde la web y desde Instagram va a partes iguales. Algo impensable si nos remontamos unos 10 años, no haría falta más. Y es que la velocidad a la que va este sector es incontrolable y es muy complicado triunfar sin ser consciente de las ventajas que ofrece o rehuyendo su uso. Todo, obviamente, partiendo siempre de una base clara, con productos de calidad y, muy importante, un toque diferenciador en un mercado, como es el vintage, tan copado ya en nuestro país, cosa de la que en Needles Pins Vintage son muy conscientes.
"Una de las cosas que nos definen es sin duda nuestra ropa hecha a mano. Buscamos telas antiguas que nos gusten y hacemos ropa nueva a partir de ellas. Es muy emocionante el hecho de, por ejemplo, encontrar un trozo de tela literalmente tirado en el suelo y que te encanta, lavarlo, plancharlo, y hacer una camisa nueva con ese retal. Es algo así como dar vida a algo que podría no tenerla más. En cuanto al vintage, estamos radicalmente en contra del 'todo vale'. Porque hay mucho desconocimiento de lo que es vintage y parece que por ser de segunda mano ya se tiene que vender algo como vintage. Nosotras seleccionamos cada prenda que hay en la tienda. Tratamos ante todo de mantener una línea estilística coherente. Muchas veces nuestras clientas nos dicen que agradecen que estemos al margen de las tendencias y eso es precisamente lo que intentamos. Las modas van y vienen, la personalidad se mantiene".
