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Cómo el ‘upcycling’ se ha convertido en el gran protagonista de la industria de la moda

SostenibilidadBalenciaga, Miu Miu o JW Anderson. La moda sostenible basada en el reciclaje de prendas y tejidos ha llegado para quedarse entre las grandes firmas de moda. Te contamos por qué.

Por Emily Chan

Sin duda alguna, la tendencia más extendida que hemos visto durante la temporada primavera verano 2021 ha sido la del upcycling, es decir, el reciclaje creativo de prendas y tejidos que tiene como producto final el diseño de una prenda nueva que acapare todas las miradas. Lo hemos visto en Balenciaga, con un abrigo hecho a base de cordones de cuero; lo hemos visto en Marni, con prendas diseñadas a partir de piezas anteriores; y lo hemos visto también en Coach, con una línea de bolsos que partían, de base, de bolsos originales de los años setenta. Miu Miu, por su parte, anunciaba el pasado mes de octubre que en breve lanzará al mercado una colección basada en la misma filosofía, en concreto una línea de 80 vestidos que han sido retocados y actualizados a partir de una selección muy cuidada de prendas de segunda mando procedentes de todos los rincones del planeta.

Así, si ver a nuevos talentos de la industria como Priya Ahluwalia, Bethany Williams o Emily Bode construir su imperio alrededor del upcycling es en sí mismo del todo inspirador, ver hacerlo a los grandes nombres del mundo de la moda supone, ni más ni menos, todo un cambio de paradigma en la industria. “La primera vez que nos planteamos utilizar el remanente de tejidos y piezas anteriores para una colección fue en 2017”, nos cuenta Gabriela Hearst, cuya colección primavera verano 2021 ha tenido un 60 % de materiales reciclados. “Cuando empezamos a hablar de upcycling era incluso una palabra bastante tabú. No era algo que una pudiera ir pregonando a los cuatro vientos en la industria de la moda de lujo”.

Sin embargo, las restricciones impuestas por la pandemia no han hecho sino contribuir a que diseñadores y diseñadoras se hayan planteado utilizar las piezas y los materiales que ya tenían en el estudio en vez de encargar tejidos nuevos. JW Anderson, por ejemplo, lanzaba recientemente una colección cápsula, de nombre Made in Britain, compuesta por seis prendas confeccionadas a partir de tejidos sobrantes de temporadas anteriores. “La colección surgió durante el confinamiento con la idea precisamente de crear moda con los materiales y los tejidos que ya teníamos. Y hacerlo todo de manera local”, explica Jonathan Anderson, su director creativo, que también se ha encargado de reciclar piezas para la colección de Loewe Eye/ Loewe/ Nature. “El futuro va por esa línea, además. No me cabe la menor duda”.

Los efectos devastadores de la acumulación de prendas y tejidos

A nadie sorprende ya que el upcycling vaya consolidándose poco a poco como una práctica habitual de la industria, sobre todo cuando pensamos que la pandemia ha causado entre las grandes marcas un exceso de stock valorado en 140-160 mil millones de dólares de todos aquellos remanentes de las colecciones primavera-verano 2020 que no se han colocado en el mercado, el doble del remanente habitual. Hasta hace bien poco, las firmas de moda tenían la mala costumbre de deshacerse o incluso quemar esas prendas para preservar el valor de sus diseños, una práctica prohibida ya a día de hoy en países como Francia. Sin embargo, con una clientela cada vez más concienciada en cuanto a la gestión de residuos y su impacto en el planeta, se hace más evidente si cabe la necesidad de que la industria enfoque de manera diferente cómo se enfrenta a la acumulación de prendas y tejidos en sus almacenes.

Duran Lantink, experto en el reciclaje de prendas para firmas como Gucci, Prada y Off-White, ha visto crecer enormemente las peticiones de colaboración y consejo de marcas y boutiques desde que comenzara la pandemia. “Hay mucho interés”, nos confirma el diseñador holandés por videoconferencia. “Si lo piensas, da mucho que pensar. Hay una cantidad enorme de boutiques que no saben qué hacer con todas esas prendas sobrantes que nadie ha querido”.

Naturalmente, el exceso de stock no ha sido un inconveniente insalvable para firmas y diseñadores con una marcada conciencia medioambiental, como es el caso de Hearst. La diseñadora, afincada en Nueva York, ideó hace poco la colección Retro Fit para la londinense Selfridges a partir de materiales y prendas (cachemir, vestidos camiseros teñidos para la ocasión, bolsos de saco a base de retales, etc.) que la boutique tenía en sus almacenes. “Cuando el volumen de ventas disminuyó como consecuencia de la pandemia nos tuvimos que poner a pensar rápidamente en cómo dar salida al stock que teníamos en tienda”, afirma Hearst.

Un cambio en las formas de producción

Obviamente, el reciclaje de tejidos y prendas no está exento de desafíos en el proceso de diseño y producción. Marine Serre, por ejemplo, tuvo que recalcular los tiempos de producción de su colección primavera-verano 2021 una vez se dio cuenta de que se necesitaba mucho más tiempo de lo previsto para la confección de prendas a base de materiales reciclados. “Empezamos a trabajar en las diferentes prendas para la colección primavera-verano 2021 en octubre de 2019 para asegurarnos de que tendríamos tiempo de sobra para confeccionarlas sin tener que poner presión extra en los ya complicados tiempos de producción”, comenta la diseñadora francesa.

Además, trabajar con materiales preexistentes hace que las diseñadoras y diseñadores tengan que planificar con mucha más antelación cómo va a ser el proceso de diseño y confección de las prendas, todo ello sin saber, claro está, si la colección tendrá éxito o si el volumen de ventas será el esperado. “Piensa que nosotros compramos el grueso de tejidos y materiales por adelantado, y eso conlleva cierto riesgo, claro”, afirma Hearst. “Eso sí, a mí personalmente me gusta esa manera de trabajar porque al final lo que hace es disminuir el residuo textil que produces”.

A pesar de los retos, el reciclaje de prendas tiene también ciertas ventajas para la industria, como pueda ser la exclusividad misma de los diseños. “En cuanto se acaba el tejido, se acabó. Al siguiente rollo de tela y a otra cosa, mariposa”, afirma Cecilie Bahnsen, que ha empezado este mismo año a diseñar sus colecciones Encore a partir de remanentes de tejidos. “Las prendas, al final, son mucho más exclusivas porque son limitadas. Y eso le da un valor extra al producto”.

Hace algún tiempo, que una colección no tuviera cierta uniformidad hubiera supuesto un problema para las boutiques (por aquello de que la prenda final se pareciera en mayor o menor medida al producto anunciado en la web) pero hoy en día los clientes y clientas están aprendiendo a valorar lo que supone una prenda única, ligeramente diferente al resto. “Es algo novedoso para el cliente, claro. Al final parece una inversión, ¿verdad?, como estar adquiriendo una prenda de coleccionista, sea un vestido de Marine Serre hecho a base de fulares de seda con un estampado diferente en cada diseño o un vestido de Rave Review confeccionado a partir de mantas de lana”, afirma Natalie Kingham, directora de compras de Matches Fashion.

Hacia una nueva normalidad en la moda reciclada

Si tenemos en cuenta el ingente volumen de gases de efecto invernadero que genera la industria de la moda a través de la producción de sus prendas y colecciones, es de vital importancia que el reciclaje de materiales y tejidos se convierta en algo habitual. “Tenemos muchísimas telas y tejidos con los que poder trabajar, y aun así nos empeñamos en seguir produciendo toneladas nuevas de tejidos a partir de materiales vírgenes”, afirma Sara Arnold, cofundadora de la campaña Fashion Act Now.

Desde luego, la solución a largo plazo no es simplemente el reciclaje de las prendas. Al fin y al cabo, hay un problema de fondo, de proporciones mayores, que en algún momento tendremos que atajar. “Es importante que las grandes boutiques consideren los volúmenes de prendas que adquieren”, afirma Lantink. “En ese aspecto todavía hay mucho trabajo por hacer”.

En cualquier caso, ver a las grandes firmas abrazar el upcycling de sus prendas solo puede ser un paso en la buena dirección, sobre todo si se convierte en algo habitual en la industria. “Cada vez somos más las personas comprometidas con la sostenibilidad y el reciclaje en la industria de la moda”, sentencia Lantink. “Va a ser difícil para las marcas y para las grandes boutiques ver este fenómeno como una moda pasajera nada más”.

13 abrigos de plumas hechos con materiales reciclados

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Por Marina Valera

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