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Las joyas de Antiqüa o el triunfo de un modelo sostenible

Entrevista
Con apenas un año de vida esta firma española ha logrado aunar diseño y tradición artesana gracias a un modelo de negocio respetuoso con el medio ambiente. Además de bonitas, sus piezas, elaboradas con materiales preciosos, tienen un precio muy asequible

Por Sara HernandoLas joyas de Antiqüa o el triunfo de un modelo sostenible Las joyas de Antiqüa o el triunfo de un modelo sostenible

Lanzar una marca en pandemia puede parecer una locura. Pero el mundo está lleno de valientes, y a Itziar Aguilera y María Monge no les tembló el pulso y hace apenas unos meses, a finales de 2020, mostraron al mundo su proyecto, Antiqüa, una firma de joyas diferente a las demás. “Hemos sabido exprimir un tiempo muy difícil, encerradas en casa, y sacar lo mejor de nosotras y la parte más creativa de cada una. Somos muy conscientes de la suerte que tenemos por habernos encontrado en ese momento, en el que las dos teníamos el tiempo suficiente para lanzar un proyecto. Quizás, si la pandemia no hubiera ocurrido, no habría surgido esta oportunidad. Además, con estos proyectos te das cuenta de la cantidad de gente que te apoya y que participa, de una u otra forma, en que esto salga bien. Estamos infinitamente agradecidas por ello”, explica Itziar Aguilera.

Sus historias personales, que se entrecruzan desde la infancia –“Nos conocimos en el colegio pero nunca fuimos amigas. Estábamos en clases separadas por lo que éramos compañeras y coincidíamos de vez en cuando”–, son el germen primero de esta firma de joyas, cuyos diseños se alejan de la joyería tradicional pero conservando la calidad de sus materiales y el buen hacer de sus artesanos. “La artesanía es la esencia de Antiqüa. Desde el boceto inicial hasta el último pulido. Creemos que es una forma más de añadir valor a una pieza. De concienciar sobre los materiales que forman cada joya, trabajados a mano y con el máximo mimo. Cada una de las personas que está en el taller siente Antiqüa como si fuera suyo, y creo que eso se transmite en el resultado”, afirma Aguilera. Su modelo de negocio, en el que solo se puede comprar bajo pedido –“Somos conscientes de que, en ocasiones, esto frena las ventas porque estamos acostumbrados a un consumo inmediato”–, les coloca en la senda de la sostenibilidad, sin la cual no entienden la industria joyera: “Es sin duda otro de los pilares de la marca. El oro que usamos es refinado (reutilizado) pero, nuestra idea cuando la demanda sea mayor, es utilizar oro fairmined (oro proveniente de organizaciones mineras artesanales)”.

Conversamos con Itziar Aguilera, influencer además de fundadora de Antiqüa, sobre las dificultades de nacer en pandemia y la necesidad de impulsar una moda más lenta, también en joyería.

Lanzasteis la firma a finales de 2020, en plena pandemia, ¿cómo surgió la idea del proyecto?

La idea llevaba mucho tiempo gestándose pero, no fue hasta la pandemia, cuando empezó a coger forma. María y yo habíamos diseñado juntas una joya para mi boda y, nos gustó tanto, que teníamos claro que había que hacer algo más en esta línea. Y así fue como pasamos de una joya a una marca de joyería. Queríamos crear piezas diferentes, algo que echábamos de menos en las joyerías más tradicionales.

¿Cómo os conocisteis y por qué decidisteis iniciar juntas esta aventura?

La historia personal es lo que hace que esto tenga sentido. Nos conocimos en el colegio pero nunca fuimos amigas. Estábamos en clases separadas por lo que éramos compañeras y coincidíamos de vez en cuando. No obstante, en un viaje a Italia con el colegio, ya casi terminándolo, coincidimos en una excursión a Siena y nos llevamos fenomenal. Recuerdo como engullimos chuches en la Piazza del Campo, en Siena. Años después, María lanzó su primera marca de bisutería y yo, que estaba estudiando la carrera, le ofrecí ayudarle con la imagen, redes sociales etc. Más adelante, cuando me empecé a dedicar a Instagram profesionalmente, sacaba sus joyitas en mis redes sociales para darle visibilidad y echarle una mano en este aspecto. En 2018, María decidió estudiar un máster de diseño de joyería y, en ese momento, me propuso diseñar una pieza juntas para el día de mi boda. Quería asociar su joyería a un proceso artesanal y delicado, compartíamos los valores y las ganas de impulsar la artesanía, por lo que el tándem era perfecto. Disfrutamos tanto el proceso creativo y de fabricación que teníamos claro que habría más proyectos juntas.

¿Cuáles son esos valores?

Las dos somos unas apasionadas del mundo de la joyería y tenemos estilos diferentes que convergen a la perfección. Echábamos de menos piezas de alta joyería con un toque personal y de cariño, el que ahora empapa nuestras joyas. Las dos tenemos un ritmo de mucho trabajo y velocidad, pero con el confinamiento no nos quedó más remedio que parar, y fue cuando tuvimos tiempo para desarrollar este sueño compartido que ahora es Antiqüa.

¿Cuáles habían sido vuestras trayectorias antes de fundar esta firma de joyas?

Las joyas de Antiqüa o el triunfo de un modelo sostenible

Esta pregunta está muy asociada a la anterior porque, en realidad, nos hemos seguido muy de cerca aunque cada una con su camino. Yo trabajé en una agencia de comunicación unos años y, cuando Instagram empezó a coger peso y forma, decidí darme una oportunidad y trabajar por mi cuenta en ello. Desde ese momento, estoy 100% centrada en la creación de contenido para diferentes marcas. Me gusta mucho mi trabajo y disfruto mucho porque, por suerte, puedo trabajar con marcas que son muy afines a mí y es una grandísima oportunidad ser, en ocasiones, la imagen de estas marcas en redes sociales. María, por el contrario, trabaja en recursos humanos pero, de forma paralela, ha ido lanzando diferentes proyectos, siempre vinculados al mundo de la joyería. Empezó con una marca de bisutería, cuando tenía 20 años y, como comentaba, lanzó su propia marca de joyería en 2018. Ambas trayectorias eran el mix perfecto para que esto funcionara. Una cabeza muy creativa y muchas ideas para generar contenido y crear joyas, y otra que nos ayuda a mantener los pies en la tierra, desarrollar de la forma más profesional nuestra marca y toda la gestión con nuestros artesanos.

¿Cuál es la filosofía detrás de Antiqüa?

La de recuperar el valor de la joyería, de la producción artesanal y cargada de cariño. Queremos que nuestras joyas congelen momentos importantes y nos permitan transportarnos siempre a ese recuerdo. Para nosotras es como pintar un cuadro o crear una escultura, cada joya tiene mucha carga emocional, y la creamos desde cero. Queremos huir de las grandes producciones y de las joyas impersonales.

¿Cómo definiríais la estética de vuestras joyas?

Nuestras joyas respiran la estética de tiempos pasados, encontramos mucha inspiración en el art déco y la joyería egipcia. Nos inspiran personajes históricos y ficticios, historias de amor, de amistad, de familia... Pero también tienen ese punto de actualidad y esa es la fusión que hace que nuestras joyas se diferencien.

¿Qué las diferencia del resto?

Podríamos decir que nuestra forma de producción y la filosofía de marca. Dedicamos mucho tiempo a cada diseño, búsqueda de inspiración, creación, bocetos sobre el papel... Para nosotras ese tiempo y esa dedicación es lo que hace que la joya tenga un peso y valor diferenciador del resto.

¿De dónde viene el nombre de la firma?

Sin duda una de las partes más importantes y difíciles cuando nace un proyecto es bautizarlo. Estuvimos buscando palabras en diferentes idiomas hasta que dimos con Antiqüa, que en latín hace referencia a algo antiguo, para diferenciarlo le añadimos los tres puntitos para recalcar la fuerza de la U al pronunciarlo. Nos sentimos muy identificadas con esta palabra, algo que perdura a lo largo de los años, y que incluso el paso del tiempo es lo que lo embellece, como una joya.

¿Cómo es el proceso creativo?

Como nuestra forma de trabajar no exige tiempos, si no que respeta los procesos de producción de la artesanía, a la hora de crear respetamos también nuestros tiempos. Le damos importancia al diseño de cada joya y es lo que queremos transmitir, hay joyas con las que estamos trabajando meses, y otras que surgen en el momento. Nos reunimos muy a menudo, y cuando decidimos que es el momento de incorporar nuevas piezas, o echamos de menos algún diseño que se nos ha ocurrido, nos sentamos con un café, cuadernos y lápices, y le damos forma juntas. Es bonito el equipo que hacemos, me gusta mucho el proceso creativo porque María tiene mucho conocimiento sobre la parte más técnica de la joyería, y ver cómo le da forma a las ideas es muy inspirador.

¿Dónde encontráis la inspiración?

Los tres pilares de nuestra inspiración para crear son la naturaleza, el arte (sobre todo el cine) y viajar. También tenemos mucha influencia de las mujeres de nuestra vida, nuestras madres, abuelas y tías, que nos han transmitido el valor de una joya que trasciende de generación en generación, cargadas de historias maravillosas.

En Antiqua tenéis un sistema de producción que es siempre bajo pedido, ¿por qué?

Decidimos hacerlo así desde un inicio para evitar la sobreproducción y fabricar únicamente cuando es necesario. De este modo, cada joya tiene nombre y apellido, y esa delicadeza queda impregnada en cada pieza que hacemos. Somos conscientes de que, en ocasiones, esto frena las ventas porque estamos acostumbrados a un consumo inmediato. Nos hemos convertido en personas muy impacientes para todo, y también para esto. Por eso queremos frenar el ritmo, dar a las cosas el valor que tienen y producir las joyas en el tiempo necesario para que sean perfectas. Para un futuro más sostenible este formato de venta y tiempos es al que nos deberíamos acostumbrar.

¿Se puede además encargar algún diseño especial que no esté en vuestro catálogo?

Es algo que nos preguntan muy a menudo. La realidad es que nosotras tenemos nuestros trabajos, y Antiqüa, aunque es un sueño, ocupa mucho tiempo de nuestro tiempo libre, y toda la dedicación la destinamos a crear nuestros diseños y gestionar toda la marca. Crear diseños personalizados en este momento requiere un tiempo y dedicación que no tenemos. Pero en un futuro quién sabe, pasión por la joyería no nos falta.

¿Por qué decidisteis que toda la producción se realizaría en España?

Teníamos muy claro que queríamos estar cerca de todo el proceso de producción, y asegurarnos que se hacía como nosotras esperábamos y, por ahora, la única forma de hacerlo es en España. María conocía ya a las personas que a día de hoy trabajan con nosotras. Todos ellos llevan en el mundo de la joyería más de cuarenta años… ¡Toda una vida! Esto nos permite también apoyar y conservar este tipo de oficios y los métodos de trabajo más tradicionales. De hecho, son ellos quienes a veces nos regañan por querer ir más rápido de la cuenta y nos marcan sus tiempos.

¿Qué peso tiene la sostenibilidad en vuestra firma?

Es sin duda otro de los pilares de la marca. Como decíamos antes, producimos bajo pedido. Somos conscientes de que los costes pueden ser más altos que si produjéramos en masa, pero estamos dispuestas a obtener un margen menor con tal de mantener este punto. Por ahora, el oro que usamos es refinado (reutilizado) pero, nuestra idea cuando la demanda sea mayor, es utilizar oro fairmined (oro proveniente de organizaciones mineras artesanales). Estamos en proceso de obtener la licencia pero lleva su tiempo y, sobre todo, necesitamos más volumen de negocio. En cuanto podamos incluirlo, lo haremos sin duda.

¿Con qué tipo de materiales trabajáis?

Solo trabajamos con metales preciosos y piedras preciosas y semipreciosas. Queremos mantener la máxima calidad y diferenciarnos de marcas que usan otro tipo de materiales más efímeros. Nuestra premisa es que las joyas de Antiqüa se pasen de generación en generación y, la única forma de lograr eso, es con materiales que no se deterioren con el paso del tiempo. Al contrario, que ganen valor. Una joya es una inversión, y queremos rescatar este concepto tan precioso que un día tuvo tanto valor.

¿Cómo seleccionáis las piedras preciosas?

Nos rodeamos de gente muy buena. Trabajamos con gemólogos españoles que garantizan la calidad de todas las piedras. Nosotras no somos expertas en esto ni mucho menos, pero sí tenemos muy claro lo que nos gusta, con los colores, transparencias, formas, y a partir de ahí es dejarnos ayudar por el equipo.

Vuestras joyas tienen precios que rondan los 400 euros, ¿diríais que es un precio justo?

Sí. De hecho, el margen de beneficio por cada pieza es muy inferior al habitual en joyería. Diría que este está siendo uno de los principales retos: ser capaces de transmitir que las piezas son joyas, no bisutería. Que estamos más cerca de la joyería tradicional (en cuanto a calidad) que de cualquier tienda de bisutería. Si lo miras así, 400€ es casi una ganga, cuando estás comprando oro y piedras preciosas. Creo, sinceramente, que las personas se sorprenderían si supieran cuánto nos cuesta a nosotras fabricar cada pieza.

Vuestro canal de venta es vuestra página web, ¿habéis pensado en vender a través de otras plataformas online o tiendas físicas?

Sí, y es uno de los proyectos pendientes de los próximos meses. Otro de los retos es ser capaces de transmitir a través de una pantalla la calidad y delicadeza de cada joya. Somos conscientes de que es una inversión importante y da vértigo hacer la compra online. Por ello vamos a tener un showroom muy pronto en Madrid, en la tienda de una marca con la que nos sentimos súper identificadas. De este modo, la gente podrá ir allí a ver las joyas, probarlas, y encargar la que más le guste.

¿Quiénes son vuestras principales clientas?

Tenemos un target muy amplio. Está claro que son aquellas personas que aprecian la calidad, el detalle, lo diferente. Dentro de eso, creo que Antiqüa no tiene edad. Tenemos clientas de 18 años y de 60. Eso sí, hay algo común en todas ellas y es que siempre que compran una joya, es por algún motivo especial. Tenemos la inmensa suerte de tener una comunicación muy cercana con ellas (gracias a las redes sociales) y muchas veces somos partícipes de las historias que hay detrás de cada compra. Eso nos llena el corazón.

¿Cuáles son vuestros planes de futuro?

Nuestro sueño es que se convierta en nuestro único proyecto. A día de hoy, tenemos la suerte de tener cada una nuestro trabajo. Esto hace que disfrutemos aún más de la marca y de cada paso que damos. No obstante, el esfuerzo es inmenso y queremos hacerlo crecer para, algún día, poder dedicarnos solo a Antiqüa. Eso sí, como hemos aprendido, lo haremos sin prisa, disfrutando cada éxito y, sobre todo, aprendiendo de este sueño.

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