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Cinco ciudades europeas en las que admirar los mejores edificios Art Déco

Hace exactamente 100 años empezaba a explosionar en el mundo el Art Déco. Eran los tiempos de la Belle Époque y con ella la arquitectura y el interiorismo decían adiós a las líneas curvas, los motivos florales y los ornamentos propios del Art Nouveau.Sí, el que en Catalunya conocemos como Modernismo y que tuvo a Antoni Gaudí, Lluís Domènech i Montaner y Josep Maria Jujol como sus máximos representantes.

No hay pues que confundir ambos estilos. Con el Art Déco llegaba la simplificación de las líneas y el auge de la geometría en el diseño y la planificación de edificios. Además, y dado que en esos años empezaron a popularizarse las travesías transatlánticas, este estilo nacido en París se convirtió en todo un referente alrededor del mundo.

Pero no hace falta que pensemos en el distrito Art Déco en Miami Beach, el Cristo Redentor en Río de Janeiro, el metro de Moscú, el Fairmont Peace Hotel en Shanghái o en iconos de Nueva York como el Rockefeller Center, el Empire State Bulding o el edificio Chrysler. Mucho más cerca de lo que nos pensamos tenemos excelentes muestras de este estilo que también tuvo su eco en la escultura, la pintura, la moda e incluso el cine.

Palais de Tokyo y Palais Chaillot. París

Sonrisa a la modernidad

La música de Josephine Baker, los encuentros de artistas surrealistas y la liberación del cuerpo de la mujer impuesta por Coco Chanel. Los años veinte, como bien se expone en el libro París era una fiesta de Ernest Hemingway, marcaron un antes y un después y el Art Déco surgió precisamente para simbolizar este retorno del prestigio y la gloria gala tras la Primera Guerra Mundial, imponiéndose en muchas construcciones nuevas en la ciudad.

Buena muestra es el área de Trocadéro. A dos pasos de la Torre Eiffel encontramos el Palais Chaillot y el Palais de Tokyo, de estilo Déco e inaugurados en 1937. De la misma época datan los legendarios almacenes Printemps en el Boulevard Haussmann y las Galerías Lafayette, ambos construidos con el buen gusto de las líneas puras y rectas, las formas blancas y geométricas, y la ornamentación de lujo típicos de esta corriente estética.

Los locos años 20

El Art Déco surgió para simbolizar el retorno del prestigio tras la Primera Guerra Mundial

Esta época de simplicidad y simetría también puede vislumbrarse en distintas instalaciones deportivas, como la Piscine Pontoise, en pleno Barrio Latino, con su doble galería de cabinas privadas para cambiarse. Construida en 1933, la piscina conservó su arquitectura original Art Déco y está incluida en el inventario de monumentos históricos franceses.

Hoy, además de estar complementada con un gimnasio, es escenario de espectáculos durante la Nuit Blanche o Noche en Blanco de París, la primera en Europa desde 2002 y pensada para ofrecer una mirada contemporánea sobre la ciudad de la luz.

Las piscinas de la Butte-aux-Cailles, La Molitor y la Georg Vallerey, son también vivos ejemplos de realizaciones arquitectónicas en la línea del Art Déco. Lo mismo ocurre con la estación de metro Vaneau, los cines Le Louxor o el Grand Rex y la Maison La Roche, conocida actualmente por hospedar la Fondation Le Corbusier.

Casa Judía. Valencia

Ornamentación ecléctica y mucho color

La capital valenciana concentra la mayor cantidad de edificios de este estilo “entreguerras” en España. Basta con pasear por los barrios de Russafa, Quatre Carreres, Jesús y Camins al Grau para constatarlo.

Cinco ciudades europeas en las que admirar los mejores edificios Art Déco

Lorenzo Criado y José Peris adoptaron este estilo de ornamentación, popularizado a raíz de la Exposición de las Artes Decorativas e Industriales Modernas en París en 1925, dado que sus formas geométricas fáciles de trabajar por los tallistas permitían cubrir las fachadas con un aspecto moderno a bajo precio. Buen ejemplo de ello son la Casa Raimundo y la Casa Boigues en la calle Sueca, y la Casa Otero en l’Avinguda de l’Antic Regne.

Poco a poco el estilo fue abandonando la más pura imitación de los motivos escalonados de las civilizaciones mayas y aztecas para abrazar el rigor formal, el predominio de la línea y la rotundidad de los contornos más propia de la herencia Bauhaus y de las influencias del cubismo, el constructivismo y el futurismo. Lo podemos ver en la Casa Chover, en la calle Alcoi, y en edificios que los historiadores del Arte disputan entre el Déco y el Racionalismo, como el cine Rialto y la casa Gil, en la plaza del Ayuntamiento.

El edificio por antonomasia que nos demuestra la importancia de este estilo en Valencia es la Casa Judía, situada en el número 20 de la calle Castellón. Estrecha y concurrida, esta vía a escasos metros de la Estación del Norte alberga esta joya de formas y colores construida en 1930 por el arquitecto Juan Francisco Guardiola Martínez.

Multicolor

La Casa Judía conmueve por su estética y colores, del azul cielo al verde oliva, el amarillo y el naranja teja

Amalgama de todo lo que acogió el Art Déco, vemos que en esta casa se ponen al mismo nivel y se emplean indistintamente columnas con capiteles egipcios, remates escalonados que recuerdan a las pagodas asiáticas y su disposición en plantas más propia del Racionalismo, sin dejar de mencionar los miradores centrales en madera y las ventanas superiores rematadas con arcos ojivales o rosetones calados de clara inspiración árabe. Si a todo ello unimos el uso extensivo del color, desde el azul cielo al verde oliva, el amarillo y el naranja teja, estamos ante un edificio que conmueve por su estética más que por su plano arquitectónico.

Déco 'everywhere'. Londres

Récord de obra arquitectónica

Aunque el Art Déco nació en Francia, Londres es seguramente la ciudad europea con mayores obras de este estilo. Obviamente el tamaño de la capital británica influye, pero lo más sorprendente es que los ejemplos de esta corriente artística se encuentran en prácticamente todos sus barrios.

El edificio Hoover, en el distrito de Ealing, nació como la sucursal inglesa de una cadena americana de aspiradoras, la Hoover Company. Construido en 1933 por el estudio Wallis, Gilbert and Partners, destaca por su fachada blanca con ornamentación inspirada en el arte de los nativos americanos, aunque también pueden vislumbrarse motivos egipcios.

Sorpresas en cada esquina

Londres destaca porque se encuentran ejemplos notables del estilo en prácticamente todos sus barrios

De color blanco, tiene varios elementos, como las vidrieras y ventanas, en rojo y verde. ¿La finalidad? En palabras de Wallis: “Un poco de dinero gastado en la incorporación de alguna forma de decoración, especialmente el color, no es un desperdicio en absoluto. Tiene un efecto psicológico en el trabajador”.

Durante la Segunda Guerra Mundial el edificio fue camuflado para evitar que fuese bombardeado por los Nazis. Posteriormente siguió siendo un taller y almacén que, en 1989 fue comprado por la cadena de supermercados Tesco. Un supermercado, sí. En 2015 pero, fue adquirido por el despacho arquitectónico IDM Properties, que lo ha restaurado y convertido en alojamiento residencial, recuperando la escalera original con motivos en zigzag y gran parte de los detalles geométricos de las ventanas.

La Casa del Senado en Bloomsbury, las antiguas sedes del Daily Express y el Daily Telegraph en Fleet Street o el edificio de viviendas Florin Court, en Smithfield, son también tesoros Art Déco a descubrir si se visita Londres. De hecho, este ultimo fue utilizado como la residencia del personaje Hercules Poirot de Agatha Christie, en la serie de televisión sobre el detective (en la serie, los pisos llevaban el nombre Whitehaven Mansions).

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La Shell Mex House, en Victoria Embankment, es hoy la sede de la editorial Pearson y otro ejemplo de la geometría imperante esos años. El reloj de la fachada sur, con vistas al río, es el más grande de Reino Unido.

Por último, en South Bank, encontramos la OXO Tower, que, al igual que la Tate Modern, fue en su día una factoría energética. Hoy incluye una galería de arte, un restaurante propiedad de la cadena de lujo Harvey Nichols y distintas tiendas de diseño. Edificada a finales del siglo XIX, fue reconstruida en Déco entre 1928 y 1929, con ventanas alineadas verticalmente alternando la forma redonda y la forma de cruz. Su pináculo de inspiración oriental contrasta con los edificios contemporáneos que han ido ocupando el área de South Bank.

Café, cine e iglesia. Lisboa

Tras los pasos de Pessoa

Según prestigiosas revistas del sector como Architectural Digest, A+T o Global Architecture, la capital lusa posee algunos de los ejemplos más impresionantes del Art Déco en Europa.

En primer lugar figura el café A Brasileira, al que acudía frecuentemente el célebre escritor Fernando Pessoa, como bien denota la escultura de bronce a escala humana de su figura en la terraza de este café ubicado en el barrio de Chiado, a pocos minutos del elevador de Santa Justa. El interior del establecimiento es un tesoro que no puede dejar de visitarse, con tallados de madera y profusión de elementos en mármol. En los años sesenta las obras de arte que también cobijaba se trasladaron al actual Museo do Chiado.

La leyenda cuenta que, cuando abrió sus puertas en 1905, los compradores del café en granos que se vendía en la zona se paraban a tomarse una bica, un café corto de fuerte sabor amargo. Por ello se dice que este tipo de café consumido en todo Portugal tuvo su origen en A Brasileira.

Otro aclamado ejemplo del Art Déco en Lisboa es el Teatro Edén, en Praça dos Restauradores. Abrió sus puertas en 1931 y es obra de los arquitectos Cassiano Branco y Carlo Florêncio Dias. Pasó pronto de teatro a ser reconvertido en cine y hoy alberga el Orion Eden Hotel. En la fachada aún pueden verse las figuras talladas estilo Déco de unos actores actuando frente a la cámara.

La estación frente al río de Cais do Sodré es otro hito para visitar, con sus capas geométricas, las vidrieras a cuadros y el pavimento de mármol que recuerda al teclado de un piano. Otros edificios Art Déco notables son el Instituto Nacional de Estadística y la iglesia de Nossa Senhora do Rosário de Fátima.

De Burcht y los cinesTuschinski. Amsterdam

Opulencia Déco

De Burcht, que en holandés significa El Castillo, fue levantado en 1900 bajo las órdenes del arquitecto Hendrik Petrus Berlage y originalmente fue la sede de la Unión Holandesa de Talladores de Diamantes. Su estilo Déco bebe mucho de los motivos moriscos mediterráneos, ya que la Unión incluía una asociación argelina de trabajadores. Es más, dada su finalidad al ser construido, su torre, cúpula y ventana tienen forma de diamante.

Otras partes que merecen ser contempladas con pausa son la impresionante escalera interior y todos los colores y motivos decorativos que la restauración de hace poco más de una década ha permitido redescubrir. En tres vitrinas ubicadas en el sótano podemos ver las pequeñas herramientas de precisión que se usaban para tallar los diamantes a comienzos del siglo XX.

A medio camino entre el Déco más austero y su vertiente más extravagante que causó furor a finales de los años treinta en Estados Unidos encontramos los cines Tuschinski, a pocos metros de la Plaza Rembrandt. Su construcción se inició en 1919 por el arquitecto H.L. De Jong pero el propietario, el empresario polaco Abraham Tuschinski, lo despidió antes de terminar las obras.

Otros arquitectos e interioristas se ocuparon entonces de la majestuosa decoración interior, que sorprende en un país donde la arquitectura siempre ha optado más por la austeridad y las formas más racionales. Lámparas amarillas, un foyer con motivos otoñales con alfombras a juego, paredes cubiertas de madera tallada y baldosas de bronce convierten a este suntuoso edificio, que inicialmente contaba con un cabaret llamado La Gaité, un salón de estilo morisco y otro destinado a tomar el té como si se estuviese en Japón, en uno de los referentes del Art Déco más significativos de todo el mundo.

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El distrito sudeste De Pijp cuenta también con varios edificios de este estilo, que también fue el escogido para el estadio que albergó los Juegos Olímpicos de la ciudad en 1928.

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